Una de las hipótesis más aceptadas relacionadas con la enfermedad de Alzheimer (EA) es la cascada de neuroinflamación, que se correlaciona con la inflamación sistémica y puede originarse por inmunosenescencia, tejido adiposo y/o desequilibrio intestinal. Por lo tanto, hay varios nutrientes antioxidantes y / o antiinflamatorios o componentes de alimentos con propiedades epigenéticas, que sin duda pueden ayudar a mitigar o retrasar el desarrollo de la enfermedad. Los patrones dietéticos inadecuados pueden facilitar el desarrollo de la enfermedad, mientras que un estilo más saludable, como la dieta mediterránea, puede ejercer efectos positivos. Comprenda todo sobre la enfermedad de Alzheimer y la nutrición.
La nutrición en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer
Los estudios demuestran que la dieta mediterránea puede ayudar en el manejo de la enfermedad de Alzheimer. El aumento de la adherencia a este patrón dietético puede proporcionar beneficios para reducir el riesgo de problemas cognitivos, demencia en personas cognitivamente sanas y disminución de la progresión del deterioro cognitivo leve a la enfermedad de Alzheimer. La dieta mediterránea es una fuente importante de nutrientes, como ácidos grasos monoinsaturados, ácidos grasos poliinsaturados, micronutrientes y antioxidantes derivados del consumo de frutos secos, frutas, verduras, verduras, cereales y pescado, con una ingesta moderada de alcohol, carnes rojas y productos lácteos, lo que confiere considerables beneficios, actuando en los procesos patológicos implicados en el Alzheimer.
Así como la alimentación puede ayudar en el manejo de la enfermedad de Alzheimer, la alimentación inadecuada puede favorecer la progresión. Una baja ingesta de grasas y una alta ingesta de carbohidratos procesados aumentan instantáneamente los niveles de glucosa en sangre postprandial. Esta condición altera las proteínas séricas, favoreciendo la formación de productos finales de glicación avanzada. Son altamente inducidos por el consumo de fructosa, comúnmente utilizado por la industria alimentaria. Además, alteran la homeostasis lipídica en el cerebro y aumentan permanentemente la señalización del factor de crecimiento similar a la insulina / insulina, afectando la función e integridad normal de la membrana neuronal, incluidos los transportadores de glucosa, promoviendo el daño de las células cerebrales, seguido de cambios conductuales y cognitivos.
Práctica clínica
Los nutrientes participan en la formación, fisiológica, anatómica y mantenimiento de la salud cerebral. Se han estudiado varios nutrientes en la búsqueda de mecanismos desencadenados por la patología de la enfermedad de Alzheimer. La alimentación puede ayudar en el manejo de la enfermedad de Alzheimer, y la dieta mediterránea es el patrón dietético más recomendado.
Referencias bibliográficas
Sugerencia de estudio:
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: Ejercicio y prevención del deterioro cognitivo
Artículo:
Alzheimer y nutrición
– Muñoz Fernández SS, Lima Ribeiro SM. Nutrición y enfermedad de Alzheimer. Clin Geriatr Med. 2018;34(4):677-697. doi:10.1016/j.cger.2018.06.012