Influencia familiar en el comportamiento alimentario

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El comportamiento de alimentación infantil es esencial para el crecimiento y desarrollo adecuado del niño. ¿Sabías que es durante la infancia cuando se definirán las preferencias, elecciones y calidad de los alimentos que se ingerirán a lo largo de la adolescencia y la edad adulta, siendo, por tanto, una fase determinante en la consolidación de hábitos alimenticios saludables?

La preferencia alimentaria que tiene cada individuo está fuertemente influenciada por aspectos biológicos, sociales y culturales del entorno en el que se insertan, especialmente el entorno familiar. Además, la prevención de enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas, cáncer, insuficiencias respiratorias y diabetes, está directamente relacionada con el consumo adecuado de nutrientes, alimentos ricos en vitaminas y minerales y patrones de alimentación saludables. Entonces, creo que puedes imaginar lo importante que es apreciar una experiencia alimentaria positiva desde los primeros años de vida, ¿verdad?

Así, en busca de estrategias duraderas para promover la calidad de vida y la adhesión a la alimentación saludable, un estudio buscó comprender en qué medida el entorno familiar es capaz de impactar en la construcción de los hábitos alimentarios de los niños y, consecuentemente, en la calidad de su salud.

Los padres y el comportamiento alimenticio del niño

El estudio analizó los artículos más relevantes publicados entre los años 2011 y 2018 sobre aspectos que influyen en el comportamiento alimentario de los niños. Se observó que varios factores interactúan simultáneamente en la construcción de los patrones de alimentación de los niños, y el entorno familiar es esencial en este sentido.

Considerando que la mayor frecuencia de comidas familiares se asocia directa y positivamente con la calidad de la dieta infantil y la formación de hábitos saludables. Los niños y adolescentes que comen en un entorno familiar tienden a consumir más frutas, verduras y granos integrales y menos alimentos procesados. Por otro lado, se pueden observar los daños de ver la televisión durante las comidas, un hábito que revela un aumento en la ingesta de alimentos y bebidas industrializados y una disminución en el consumo de alimentos esenciales.

Sin embargo, en la búsqueda de conseguir que el niño pruebe alimentos y adquiera hábitos saludables, los padres suelen forzar el consumo de alimentos nutritivos y prohíben los alimentos ultraprocesados. Según el estudio, la presión de los padres sobre sus hijos con respecto a la ingesta de ciertos alimentos resultó ser contraproducente, generando resistencia y menor consumo de alimentos esenciales por parte de los niños, incluso permitiendo el desarrollo de trastornos alimentarios.

Por lo tanto, en lugar de una acción impositiva, los padres deben adoptar un proceso educativo, de conciencia armónica y de seguimiento, que tienda a formar hábitos consistentes y duraderos de autorregulación alimentaria en sus hijos, impulsados por signos de hambre/saciedad. Por lo tanto, es solo en ambientes obesogénicos que se justificaría un mayor control parental para moderar la ingesta de alimentos procesados no esenciales.

Por lo tanto, la conducta alimentaria infantil debe ser objeto de atención en el entorno familiar, ya que las preferencias alimentarias son los principales determinantes en la calidad de una dieta. Por lo tanto, el impacto de los hábitos alimenticios de los niños influye no solo en la fase en la que se encuentra, sino también en todas las demás: adolescencia y vida adulta, siendo esencial para prevenir el desarrollo de ciertas patologías crónicas.

Maneras de estimular el buen comportamiento alimentario

Con el fin de promover los hábitos alimenticios adecuados de los niños, algunas estrategias pueden ser utilizadas por los padres, tales como: mantener solo alimentos saludables en sus hogares, evitar dichos alimentos comida rápida, desalentar el uso de alimentos industrializados como método de recompensa, fomentar la autorregulación de los niños a través del reconocimiento de sensaciones y el suministro moderado de porciones, y promover un entorno alimentario adecuado, reduciendo el tiempo de pantalla durante las comidas.

Además, ofrecer una gran variedad de alimentos, animando al niño a probarlos más de una vez, aunque al principio no le guste el sabor o la textura, es una forma de estimular su paladar y animarle a aceptar alimentos a los que no está acostumbrado. Los padres deben, además, servir de ejemplo en la educación alimentaria, demostrando que una alimentación saludable puede ser una experiencia positiva. Por lo tanto, deben prestar atención a sus comportamientos, evitando rechazar alimentos nutritivos frente a sus hijos.

Estas son algunas de las herramientas que favorecen la creación de patrones de alimentación adecuados en los niños y que, simultáneamente, permiten tomar conciencia de los determinantes conductuales que causan la aparición de trastornos alimentarios y el desarrollo de enfermedades crónicas, reduciendo la expansión de ambientes obesogénicos.

Práctica clínica

Se pueden utilizar varios medios al evaluar a los pacientes infantiles para rastrear cómo se ha ido consolidando su comportamiento alimentario. Para tener éxito en su práctica clínica, una anamnesis detallada es fundamental para el éxito en el tratamiento de cualquier comportamiento alimentario dañino que se logre. Hemos enumerado algunos elementos esenciales para que los use en sus prácticas clínicas, tales como:

La frecuencia con la que experimenta y el incentivo que tiene para consumir alimentos nutritivos: un punto importante a evaluar para conocer la conducta que los padres adoptan en sus hogares con respecto a la educación alimentaria de la primera infancia. De esta manera, es posible orientar a estos padres en cuanto a la importancia de ofrecer repetidamente frutas, verduras y legumbres, para que el niño mejore su paladar.

Ambiente alimentario adecuado: determinar si el entorno en el que se celebran las comidas es adecuado. Así, se debe animar a que se realicen en presencia de familiares siempre que sea posible, evitando que se realicen frente al televisor o pantallas. El lugar de la comida y su realización en la comunidad está directamente relacionado con el consumo de alimentos más o menos nutritivos, dependiendo de cómo se haga.

Conducta familiar: comprender cómo los padres educan a sus hijos sobre el acceso y la ingesta de alimentos industrializados es importante para evitar que ciertos trastornos alimentarios y el desarrollo de enfermedades crónicas se desarrollen a lo largo de sus vidas. Debe guiarlos para que no sean restrictivos y autoritarios sobre el consumo de alimentos ultraprocesados / alimentos ricos en grasas y azúcares, sino más bien autoritarios, enseñando a sus hijos a formar hábitos consistentes de autorregulación.

Referencias

Lectura sugerida: Obesidad y trastornos alimentarios en niños y adolescentes: una revisión

Artículo Factores que influyen en los hábitos alimenticios de los niños: Scaglioni S, De Cosmi V, Ciappolino V, Parazzini F, Brambilla P, Agostoni C. Factores que influyen en los comportamientos alimentarios de los niños. Nutrientes. 2018 Mayo 31;10(6):706. DOI: 10.3390/NU10060706. PMID: 29857549; PMCID: PMC6024598.

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