¿Qué son?
Los ácidos grasos (AG) son lípidos simples, compuestos por una cadena de carbono unida al hidrógeno y con un grupo carbonilo en un extremo y metilo en el otro extremo. Además, cuando no tiene doble enlace, se llama saturado, y cuando tiene conexiones dobles se considera insaturado (monoinsaturado si solo tiene un insaturado y poliinsaturado si tiene más de uno).
Tipos y fuentes de ácidos grasos
Los AG saturados se encuentran principalmente en productos animales como la carne, los huevos y los productos lácteos, pero también en aceites vegetales como el aceite de coco y el aceite de palma. Los AG monoinsaturados, los más comunes de los cuales son los omega 9, están presentes en el aceite de oliva, el aguacate y las semillas oleaginosas, como las nueces y las nueces. Los GA poliinsaturados como omega 3 y omega 6, a su vez, no pueden ser sintetizados por nuestro cuerpo, y luego se llaman ácidos grasos esenciales (EG), que deben obtenerse a través de la dieta, y el La principal fuente alimenticia de omega 6 son los aceites vegetales como la soja, el maíz, el girasol y la canola, y las principales fuentes de omega 3 son los peces de agua fría como el salmón, el atún, las sardinas y el bacalao, así como el chlysing y la chía. También hay ácidos grasos trans, producidos a partir del proceso de hidrogenación y presentes también en pequeñas cantidades en la leche y la carne, que constituye un tipo diferente de ácido graso trans, llamado ácido linoleico conjugado.
Efectos de los ácidos grasos en la salud
La recomendación actual para las grasas saturadas en las guías es que su ingesta se limite al 10% de las calorías totales de la dieta debido a su asociación con el riesgo cardiovascular. Los ácidos monoinsaturados tienen beneficios metabólicos interesantes, como la mejora de la sensibilidad a la insulina y la disminución de la presión arterial, especialmente cuando entran en la dieta reemplazando los ácidos grasos saturados, con una reducción en los niveles de LDL. Así, con respecto a los ácidos grasos esenciales, lo ideal es mantener una proporción adecuada de omega 6/omega 3 varía entre 1:1 y 4:1.
Además, el consumo de ácidos grasos trans se asocia con un aumento de la resistencia a la insulina, empeoramiento del perfil lipídico y disfunción endotelial, y no se recomienda su consumo en la dieta. Por el contrario, el ácido linoleico conjugado parece tener efectos anticancerígenos, antiaterogénicos y antilipogénicos.
¿Cuándo necesitas suplementar?
Las dietas occidentales suelen ser muy pobres en ácidos grasos omega 3, ya que este proviene de fuentes que suelen ser poco consumidas, como los pescados de agua fría, porque son caros y además no forman parte del cultivo. Por lo tanto, cuando el Al no poder alcanzar el objetivo de consumo de omega 3 a través de la dieta, es interesante pensar en una suplementación con el fin de proporcionarle todos los beneficios derivados de estos, además hay estudios que demuestran que la proporción actual de ácidos grasos en la dieta es de aproximadamente 16:1, es decir, 16 veces más omega 6 que omega 3.
Referencias
Sugerencia de lectura: ¿Cuál es la importancia de la proporción de ácidos grasos omega 6 y omega 3?
WILLETT, Walter C. Grasas dietéticas y enfermedad coronaria
. Revista de medicina interna, v. 272, n. 1, p. 13-24, 2012.