¿Qué es?
La insulina es una hormona polipeptídica producida por las células beta del páncreas, cuando estas son estimuladas por la presencia de glucosa, su liberación se produce de dos maneras, primero rápidamente y luego de tal manera que su liberación es de las cepas que se almacenan en gránulos. Así, cuando circula en el torrente sanguíneo tiene media vida de 3-8 minutos y su degradación se produce principalmente en el hígado.
¿Para qué sirve la insulina?
La función principal de la insulina es controlar la cantidad de glucosa en la sangre actuando en el transporte de glucosa a través de la translocación de GLUTs (GLUT 1, 2,3,4 y 5) para producir energía, además, tiene un papel estimulante para la síntesis de glucógeno en tejido adiposo, músculo e hígado, así como síntesis de ácidos grasos y triacilglicerol en los tejidos. Además, inhibe la degradación de la proteína muscular, el glucógeno muscular, el hígado y el bloqueo de la formación de urea.
¿Cómo actúa la insulina?
La glucosa es el principal estímulo para la liberación de insulina, pero otros factores también pueden conducir a su liberación en menor medida, como el péptido similar al glucagón 1 y los neurotransmisores (acetilcolina). Cuando hay una reducción o interrupción de su producción en el páncreas, como se observa en la diabetes, los niveles de glucosa aumentan en la sangre, generando un estado de hiperglucemia que puede inducir condiciones indeseables para el individuo. Tanto su exceso como su carencia causan daños a la salud, por lo que el cuerpo cuenta con sistemas de regulación insulina/glucagón que en condiciones normales regulan la producción, liberación y acción de estas hormonas.
¿Cuándo necesitas suplementar?
El uso de insulina exógena está indicado en el tratamiento de la diabetes, principalmente el tipo I, que también se conoce como insulinodependiente. En estos casos, se recomienda la suplementación porque el cuerpo no puede producir dicha hormona en las cantidades necesarias para satisfacer las demandas fisiológicas. Así, en el mercado existen varios tipos con el mecanismo del metabolismo, es decir, los de acción rápida, ultrarrápida, intermedia, prolongada o lenta. Sin embargo, la elección del tipo, la dosis y la forma de administración es hecha solo por los médicos.
Referencia
Artículo
El receptor de insulina soluble y el síndrome metabólico:
Hiriart-Urdanivia, M., Sánchez-Soto, C., Velasco, M., Sabido-Barrera, J. y Ortiz-Huidobro, R. I. (2019). El receptor soluble de insulina y el síndrome metabólico. Gaceta médica de México, 155(5), 541–545. https://doi.org/10.24875/GMM.19005185
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