El azúcar es un alimento muy sabroso. Sin embargo, su consumo excesivo, puede desencadenar neuroadaptaciones en el sistema de recompensa que disocian el comportamiento alimentario de las necesidades calóricas y conduce a la alimentación compulsiva. La ingesta excesiva de azúcar se asocia a su vez con condiciones de salud adversas, como obesidad, problemas metabólicos y enfermedades inflamatorias. Además, los estudios muestran el impacto del azúcar en el cuerpo, el cerebro y el comportamiento.
Respuesta hedónica al azúcar
Mientras que el hipotálamo regula la ingesta de alimentos en términos de necesidades energéticas, la dopamina y los circuitos de recompensa impulsan el comportamiento alimentario. Otros neurotransmisores, como la serotonina, los opioides y los endocannabinoides, confieren la recompensa de los alimentos, en parte modulando sus propiedades hedónicas. La ingesta de alimentos sabrosos libera dopamina en el cuerpo estriado ventral y dorsal y la liberación es proporcional al nivel de placer obtenido al comer el alimento. Los alimentos altamente sabrosos, especialmente aquellos con alto contenido de azúcar, pueden desencadenar fuertemente estas recompensas y sistemas hedónicos, fomentando la ingesta de alimentos más allá del requerimiento energético necesario.
Consumo excesivo de glucosa y fructosa
La fructosa añadida, proveniente de la industria, es especialmente dañina porque no está disponible inmediatamente como energía para el cerebro. La glucosa, por otro lado, es una fuente de energía necesaria para ello. Al compararlos, la fructosa añadida se asocia con muchos más riesgos para la salud que la glucosa. Puede aumentar la demanda de alimentos y conducir a la producción y almacenamiento de grasa. También puede estar relacionado con enfermedades neurodegenerativas, enfermedades inflamatorias como la diabetes y el Alzheimer.
El consumo de azúcar añadido se asocia con deficiencias cognitivas, especialmente empeoramiento de la función de memoria del hipocampo. Esta relación parece estar mediada por un aumento de la inflamación del hipocampo, que es especialmente pronunciada en la condición de alto contenido de azúcar. En resumen, reducir el azúcar añadido puede ayudar a promover una alimentación saludable y mantener la integridad física y conductual general.
Referencias bibliográficas
Sugerencia de estudio:
El papel de las bebidas azucaradas en la obesidad y las enfermedades crónicas
Vea el video sobre Science Play with Roberta Carbonari:
Nutritional Strategies – Binge-eating
Artículo: Sugar
– Wang, Gene-Jack (2018). Impacto del azúcar en el cuerpo, el cerebro y el comportamiento. Fronteras en Biociencia, 23(12), 2255–2266. doi:10.2741/4704