El estrés físico y psicológico se ha implicado en el desarrollo de enfermedades autoinmunes, ya que numerosos estudios en animales y humanos han demostrado el efecto de varios factores estresantes en la función inmune. Además, muchos estudios retrospectivos han encontrado que una alta proporción (hasta el 80%) de los pacientes informaron estrés emocional inusual antes del inicio de la enfermedad. Desafortunadamente, no solo el estrés causa enfermedad, sino que la enfermedad en sí misma también causa un estrés significativo en los pacientes, creando un círculo vicioso. Revisiones recientes discuten el posible papel del estrés psicológico y los principales factores relacionados con el estrés en la patogénesis de la enfermedad autoinmune. Se supone que las hormonas neuroendocrinas desencadenadas por el estrés conducen a una desregulación inmunológica, que termina resultando en una enfermedad autoinmune, alterando o amplificando la producción de citoquinas.
El papel del estrés en las enfermedades autoinmunes
Se supone que los episodios repetidos de enfermedad aguda o estrés psicológico crónico pueden inducir una respuesta aguda, desencadenando un proceso inflamatorio crónico posterior, como la aterosclerosis y ciertas enfermedades metabólicas. Existe evidencia de que el hígado, el endotelio y los depósitos de células grasas son las principales fuentes de citoquinas. En particular, la IL-6 y la proteína C reactiva están fuertemente asociadas y probablemente desempeñan un papel dominante en el desarrollo de dicho proceso inflamatorio, que conduce a la resistencia a la insulina, la diabetes mellitus tipo II y el síndrome metabólico. El hecho de que el estrés psicológico pueda activar una respuesta de fase aguda, que es parte de la respuesta innata, es evidencia de que la respuesta inflamatoria está contenida dentro del estrés, y que el estrés puede inducir un proceso inflamatorio.
Asociación del estrés con la desregulación inmune
La investigación epidemiológica sugiere cada vez más que la exposición a factores estresantes traumáticos y psicológicos está relacionada con un mayor uso de la atención médica, resultados adversos para la salud, la aparición de enfermedades específicas y la muerte prematura. Hasta la fecha, los estudios han asociado las exposiciones al estrés con enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades gastrointestinales, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica y trastornos musculoesqueléticos. Hallazgos recientes indican que las víctimas de trastorno de estrés postraumático tienen un mayor número de linfocitos T. Aún así, los pacientes tenían más probabilidades de tener recuentos de células T clínicamente más altos, respuestas inmunes hiperreactivas en pruebas estandarizadas de hipersensibilidad de la piel y niveles clínicamente más altos de inmunoglobulina-M. La evidencia clínica más reciente confirma la presencia de marcadores consistentes con una amplia gama de enfermedades inflamatorias, incluidas las enfermedades cardiovasculares y autoinmunes.
Práctica clínica
El estrés afecta el sistema inmunológico. Por lo tanto, se deben discutir diferentes reacciones de estrés con pacientes autoinmunes. Además, se necesitan cuestionarios sobre desencadenantes, que deben incluir estrés psicológico, además de otros desencadenantes comunes.
Referencias bibliográficas
Sugerencia de estudio: ¿Cómo
minimizar los impactos?
Vea el video sobre Science Play con Bruno César
: Suplementos para el control del estrés
Artículo: Estrés y enfermedades autoinmunes
– Stojanovich L, Marisavljevich D. El estrés como desencadenante de la enfermedad autoinmune. Rev Autoimmun
. 2008;7(3):209-213. doi:10.1016/j.autrev.2007.11.007