La tiroides es una de las glándulas más grandes del cuerpo, estimulada por la acción de la TSH, da como resultado la producción de hormonas T4 (principalmente), T3 (forma activa) y calcitonina, aunque esta última no se considera una hormona tiroidea. Entre las funciones de las hormonas tiroideas se encuentra el aumento de la lipólisis, la secreción de GH y la excreción de colesterol. Sin embargo, esta glándula puede verse afectada por la falta de sueño, la microbiota intestinal, el exceso de toxinas, el déficit de vitaminas y el estrés excesivo. En este contexto, los comportamientos nutricionales pueden atenuar los trastornos de la tiroides, las manipulaciones en macronutrientes y micronutrientes también, así como las vitaminas, lo que puede resultar en una disminución de esta disfunción.
Hipotiroidismo x Hipertiroidismo
En este contexto, algunas disfunciones tiroideas son comunes en la población, como el hipotiroidismo causado por la tiroiditis de Hashimoto, las deficiencias nutricionales y los cambios en el eje HPA, y el hipertiroidismo causado principalmente por la enfermedad de Graves. Todavía en el hipotiroidismo, sus síntomas pueden confundirse con los relacionados con la depresión, mientras que en el hipertiroidismo existe la presencia de pérdida de peso, taquigrafía, ansiedad, diarrea, sarcopenia, osteopenia, etc.
Como valores de referencia se espera que la dosis de la hormona tsh esté entre 1 a 2,5 UI/mL y los niveles de T4 libre de 0,9 a 1,3 ng/dL y T3 libre de 2,7 a 3,25 μg/mL y la relación T4 L/T3 L en valores de 3 a 3,5. Sin embargo, estos resultados deben asociarse a la clínica, ya que solo tienen sentido cuando hay quejas por parte del paciente.
Práctica clínica
En el caso de la suplementación con micronutrientes es necesario, antes de prescribir cualquier compuesto, identificar los niveles de vitaminas y minerales en el cuerpo a través de pruebas bioquímicas. También se enfatiza que iode no debe complementarse en pacientes con tiroiditis autoinmune, ya que pueden actuar como desencadenante de estas enfermedades.
Por otro lado, la conversión de T4 en T3 se ve facilitada por la práctica de actividades físicas, el frío y la acción de la hormona testosterona. Por otro lado, termina viéndose afectado por el estrés, la elevación del cortisol y la inflamación, y este último maneja este último con el paciente.
Referencias
Sugerencia de lectura:
Efectos de la proteína dietética en la actividad del eje tiroideo
Vea el video con el Dr. Filippo Pedrinola en la plataforma Science Play –
Hipotiroidismo e hipertiroidismo
Artículo: Trastornos de la tiroides: Knezevic J, Starchl C, Tmava Berisha A, Amrein K. Eje tiroides-intestino: ¿Cómo influye la microbiota en la función tiroidea?
Nutrientes. 2020 Junio 12;12(6):1769. DOI: 10.3390/nu12061769. PMID: 32545596; PMCID: PMC7353203.