Intolerancia a la lactosa: manejo nutricional

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La intolerancia a la lactosa se caracteriza por la presencia de signos clínicos, principalmente gastrointestinales, resultantes de la fermentación de la lactosa colónica. La absorción de lactosa se ve afectada debido a la incapacidad de expresar la enzima que hidroliza la lactosa en galactosa y glucosa en el intestino delgado. Estos signos clínicos se modifican por varios factores, incluida la dosis de lactosa, la expresión de lactasa residual, la ingesta concomitante de otros componentes permanentes, el tiempo de tránsito intestinal y la composición del microbioma entérico.

Deficiencia de lactasa x intolerancia a la lactosa

La deficiencia de lactasa es la principal causa de malabsorción de lactosa. Esta es una enzima producida por las vellosidades intestinales, capaz de hidrolizar la lactosa en galactosa y glucosa. ¿Y cómo sucede eso? Las altas concentraciones de lactasa suelen estar presentes en los recién nacidos, pero después del destete, su actividad disminuye en la mayoría de las personas de manera genética y fisiológica, lo que lleva a la llamada malabsorción primaria de lactosa. La hipolactasia secundaria puede ser el resultado de cualquier lesión en el borde del cepillo de la mucosa del intestino delgado o un aumento del tiempo de tránsito gastrointestinal. La intolerancia a la lactosa se define cuando la malabsorción de lactosa causa síntomas gastrointestinales, como la aparición de síntomas como dolor abdominal, hinchazón o diarrea después de la ingesta de lactosa.

Dosis tolerable

La mayoría de las personas con malabsorción de lactosa toleran una dosis de al menos 12 g de lactosa (correspondiente a 250 ml de leche) sin problemas. Se pueden tolerar dosis más altas si se consumen con alimentos o se distribuyen durante un día completo. Por lo tanto, la intensidad de los síntomas de intolerancia a la lactosa depende de la fuerza del estímulo (es decir, la dosis de lactosa). Además, también dependen de la presencia de hipersensibilidad visceral, como se observa en muchos pacientes con síndrome del intestino irritable (ISS).

Práctica clínica

Las opciones de tratamiento para la intolerancia a la lactosa incluyen una dieta baja en lactosa y el reemplazo oral de la enzima lactasa, principalmente. Además, también se pueden prescribir prebióticos que producen lactasa bacteriana en el colon y potencialmente prebióticos que se adaptan a la microbiota colónica. Sin embargo, la intolerancia a dosis bajas a moderadas de lactosa generalmente indica la presencia de ISI. Por lo tanto, estos individuos también son sensibles a una variedad de alimentos fermentables mal absorbidos, ‘FODMAPs’. En este contexto, el tratamiento dietético eficaz requiere la adopción de una dieta baja en lactosa con bajo contenido de FODMAP, conocida popularmente como la dieta baja en FODMAP.

Referencias

Sugerencia de lectura:
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Mira el video con la nutricionista Rita Castro en la plataforma Science Play –
Genética en Intolerancias y Sensibilidades Alimentarias

Artículo Intolerancia a la lactosa: Misselwitz B, Butter M, Verbeke K, Fox MR. Actualización sobre malabsorción e intolerancia a la lactosa: patogénesis, diagnóstico y manejo clínico.

Tripa. 2019 Noviembre;68(11):2080-2091. DOI: 10.1136/GuTJNL-2019-318404. Epub 2019 Agosto 19. PMID: 31427404; PMCID: PMC6839734.

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