Hambre emocional: ¿Cuál es el papel del nutricionista?

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El hambre no es más que la sensación fisiológica que siente el cuerpo cuando continúa durante mucho tiempo sin ingerir ningún tipo de alimento. Por lo tanto, hay todo un contexto hormonal involucrado en tal proceso, incluida la baja relación insulina / glucagón. Sin embargo, el hambre emocional es un poco diferente, ya que nunca se saciará con una fruta o una ensalada. Por lo general, se asocia con alimentos con alta densidad calórica, y tiene carácter compensatorio, y busca llenar un vacío que no está en el estómago. Comprenda cómo el nutricionista puede ayudar a su paciente a superar el hambre emocional y cómo la ciencia explica tal comportamiento.

Estrés y hambre emocional

El hambre emocional está directamente asociada con el estrés. La experiencia emocional negativa caracterizada como estrés se acompaña de varios cambios bioquímicos, fisiológicos y de comportamiento, especialmente cuando se trata de un proceso crónico. Puede ser causada por varios factores, como la vida social y profesional, el sueño deficiente y la inseguridad personal.

Cuando se habla de aspectos nutricionales, algunas deficiencias están vinculadas a una mayor susceptibilidad al estrés, como la vitamina D, la niacina, el folato, las vitaminas B6 y B12 y omega-3. Fisiológicamente, la expresión del gen del receptor de glucocorticoides se asocia con la secreción basal de cortisol, lo que aumenta la vulnerabilidad al estrés. Se sabe, en vista de lo anterior, que cuando se habla de la cronicidad del estrés, existen mayores riesgos de aumento de peso y acumulación de tejido adiposo visceral, trayendo algunas consecuencias a la salud metabólica.

Un artículo de revisión buscó evidencia sobre el papel del estrés mental y cómo afecta el sueño, el apetito y la voluntad de realizar actividades físicas. A continuación se presentan algunos puntos discutidos en este estudio.

Estrés, obesidad e intervenciones nutricionales

Como se describió anteriormente, algunas deficiencias nutricionales están asociadas con el estrés. Por lo tanto, también están directamente asociados con la obesidad. Algunas intervenciones nutricionales, como la suplementación de algunos micronutrientes, se han estudiado como una ayuda en el control del hambre emocional. Sin embargo, todavía necesitan más pruebas. Además, hallazgos recientes han revelado que un mayor consumo de triptófano, así como de carbohidratos, promueven la activación del sistema serotoninérgico cerebral, responsable de controlar el estrés y el estado de ánimo.

El sueño y el hambre emocional

La calidad del sueño también es un factor determinante para el desarrollo del estrés y el hambre emocional. Su privación trae una respuesta fisiológica de aumento de la ingesta de energía. Este mecanismo puede explicarse a través de hormonas reguladoras del apetito, como la leptina, la grelina y el GLP-1, seguidas de un menor efecto de saciedad de los alimentos y un mayor consumo de alimentos de alta densidad energética, ya que dicho comportamiento está asociado con la compensación. La literatura también ha aportado evidencia sobre la buena calidad del sueño y la pérdida de peso, que tiene mucha robustez.

Práctica clínica

La literatura proporciona nueva información sobre los suplementos que pueden ayudar en la prevención del estrés, que es la principal causa del hambre emocional, por ejemplo, la vitamina D, la niacina, el folato, las vitaminas B6 y B12 y omega-3 son ampliamente estudiados. Sin embargo, tales suplementaciones solo son necesarias si estos micronutrientes están fuera de los rangos de adecuación.

Además, el nutricionista puede guiar a su paciente que tiene hambre emocional con algunos consejos de autoconocimiento para ayudarlo a cambiar dicho comportamiento. De esta manera, prácticas como alimentación consciente puede ser crucial en momentos de estrés. Además, identificar qué desencadenantes sacan a la luz el hambre emocional y evitar comprar los alimentos asociados a este tipo de episodios pueden ser algunas soluciones que ayuden a este proceso, que no es fácil.

Referencias

Sugerencia de lectura: Comer conscientemente en la práctica: ¿cómo hacerlo?

Vea el video de la nutricionista Roberta Carbonari en la plataforma Science Play –
Restricción del sueño e impacto en el comportamiento alimentario

Artículo sobre el hambre

emocional: Geiker NRW, Astrup A, Hjorth MF, Sjödin A, Pijls L, Markus CR. ¿El estrés influye en los patrones de sueño, la ingesta de alimentos, el aumento de peso, la obesidad abdominal y las intervenciones de pérdida de peso y viceversa? Rev Obes

. 2018;19(1):81-97. doi:10.1111/obr.12603

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